La terapia gestalt es una terapia psicológica que trabaja a través de las emociones, los pensamientos y el cuerpo de la persona. Es una terapia holística que considera a la persona como un sistema en que estos tres aspectos tienen la misma relevancia.
Trabaja a través de la relación con el terapeuta para tomar conciencia de los mecanismos psicológicos que nos llevan al sufrimiento. A estos mecanismos se les llama mecanismos neuróticos porque no son escogidos conscientemente, sino que implican una forma de actuar automática. Este tipo de psicoterapia centrada en el presente, partiendo de la base de que lo importante es el aquí y ahora y que cualquier experiencia pasada que sea relevante para el proceso terapéutico se manifiesta en el presente.
El terapeuta se implica creando un vínculo con el cliente y trabajando a partir de éste para aumentar la conciencia y el grado de responsabilidad de la persona con su vida, de manera que disminuya el sufrimiento y aumente la satisfacción. Pretende, por lo tanto, aumentar el nivel de autoconocimiento de la persona para hacerla más libre de decidir sobre su propia vida.
Una terapia gestalt individual no tiene una duración determinada. El terapeuta pedirá un compromiso de hacer un mínimo de sesiones (entre ocho y doce) y a partir de ahí el cliente será el que decida en qué momento quiere dejar el proceso terapéutico. Dependiendo de la demanda, la terapia puede requerir más o menos sesiones.
La terapia gestalt en grupo es efectiva gracias a que se puede experimentar con los otros componentes, poniéndome a prueba sobre cómo me relaciono, cómo reacciono delante de determinadas circunstancias y dándome la posibilidad de experimentar nuevas manera de compórtame.
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